Inicio » ¿Cómo pensar, aprender y decidir bien?

¿Cómo pensar, aprender y decidir bien?

A continuación encontrarás un listado de los artículos que ha desarrollado AlgoPoco con tácticas para pensar, reflexionar y decidir mejor. Para entrar a cada artículo solo debes hacer doble click en su título.

Continuamos luego con artículos que vinculan la maldad humana con la superficialidad del pensamiento, estableciendo, de esa manera, otra razón fundamental para abogar por el desarrollo del pensamiento crítico y la reflexión en las sociedades. Si quieres adentrarte en esos misterios, solo haz doble click en el titular que más te interese.

reflexionar, pensar, aprender, decidir
Imagen de Flikr

¡Atrevete a pensar, atrévete a saber! El artículo define y delimita la línea editorial del sitio AlgoPoco, explicando la motivación subyacente a nuestro trabajo de contenidos.

Sobre debatir (y pensar). El artículo releva la importancia de pensar, reflexionar y debatir para avanzar en la senda del conocimiento. Se refiere también a los ingredientes necesarios para un buen debate.

Las grandes mentes discuten las ideas, las mentes promedio discuten acontecimientos, y las mentes débiles discuten sobre personas. ¿Sueles hablar sobre personas, acontecimientos o ideas? ¿Cómo puedes dedicar más tiempo a las ideas, para discutir sobre cómo puedes mejorar tu vida, ayudar a los demás y cambiar el mundo?

El encanto de estar equivocados (y de abrazar la humildad intelectual) En la escuela y en la vida en general nos enseñan sobre el encanto de estar en lo correcto. Sin embargo, para avanzar por el camino de la verdad y el conocimiento del mundo, debemos partir por apreciar la belleza y el encanto de descubrir nuestros errores. Erorres que, si no los visualizamos, nos impiden progresar.

Más allá de lo obvio: pensar la segunda (y la tercera, y la cuarta…) derivada. Cuando resolvemos un problema podemos estar creando, sin darnos cuenta, otro problema. Y este nuevo problema puede ser peor que el inicial. Pensar la segunda derivada consiste en examinar las consecuencias no deseadas de nuestras decisiones antes de actuar. A esto se le llama usar el pensamiento de segundo orden o de orden superior, en contraposición al pensamiento de nivel inferior.

Sobre las consecuencias no intencionadas. Cuando realizamos una acción lo hacemos porque visualizamos una consecuencia. Esa consecuencia es, muchas veces, la que nos mueve a la acción. Sin embargo, es muy común que fallemos el análisis y tomemos decisiones que nos conducen, finalmente, a lugares muy diferentes de aquellos a los que apuntábamos originalmente. Las consecuencias no intencionadas nos sorprenden y muchas veces nos desvían de nuestros objetivos.

Tres estrategias para afrontar los desacuerdos morales ¿Conoces a alguien cuyas opiniones simplemente no puedes tolerar? ¿Parece haber perdido la cabeza, abandonado el juicio, desvaría? ¿Y estás convencido de que esa persona está profundamente equivocada? Entonces el siguiente artículo te puede servir para enfrentar el desacuerdo. Trata sobre la persuasión, pero también sobre la humildad. Lo escribió Musa al-Gharbi, Fellow en Sociología de la Universidad de Columbia y AlgoPoco lo tradujo para ti.

¿Te interesa conocer la realidad tal cual es? Piensa como un científico. El pensamiento científico no está reservado para personas con delantales blancos y tubos de ensayo, y su uso no requiere trabajar duro durante años con un microscopio. Una de las características principales del científico es que está todo el tiempo revisando sus concepciones, sus ideas y sus creencias. Y si las revisiones le arrojan evidencia de que está equivocado, pues cambia su manera de pensar. ¿Qué tal si, en el día a día, todos fuéramos un poco más científicos? Mejoraría la convivencia, ciertamente, y cada uno de nosotros tomaría mejores decisiones y progresaría mucho más rápido.

El cuestionamiento de uno mismo, una habilidad cognitiva fundamental. ¿Cuál es el ingrediente clave para estar mentalmente en forma? La primera idea que les viene a la mente a la mayoría de las personas, suele ser la inteligencia. Sin embargo, en un mundo turbulento, existe otro conjunto de habilidades cognitivas que podrían ser más importantes: la capacidad de repensar y la capacidad de desaprender. Es sobre nuestra capacidad de repensar – es decir, sobre el cuestionamiento de uno mismo y las propias ideas – a la que nos referiremos en este artículo.

La humildad confiada como alternativa a la confianza ciega en uno mismo. A veces tendemos a sobreestimar nuestras competencias y nuestro conocimiento. Eso es lo que se denomina el efecto Dunning-Kruger. Los principiantes absolutos rara vez caen en la trampa del exceso de confianza en la propia competencia. Quienes sobreestiman sus competencias están, en general, en niveles amateur, es decir, el nivel de experticia de los que saben más que un novicio, pero menos que un experto. Tener un poco de conocimiento puede ser algo bastante peligroso.

La vía negativa, una alternativa para aprender, evaluar y tomar buenas decisiones menciona un modelo mental que nos permite navegar la incertidumbre que nos acompaña cotidianamente. Es un método que recomiendan los más variados personajes en diversos ámbitos de la actividad humana. Desde Steve Jobs, Charlie Munger, Buda, Miguel Ángel y los grandes maestros del ajedrez nos recomiendan poner especial atención en eliminar de nuestras vidas lo que no sirve y lo equivocado.

Sobre decir «no lo sé». Nuestro artículo explica que la certeza es irracional y que debemos abrir nuestras mentes si queremos conocer el mundo. El verdadero ignorante es el que no duda. Al aceptar nuestros «no lo sé» podemos progresar. Eso implica necesariamente abrazar la incertidumbre y aceptar nuestros «no lo sé» como el inicio de una senda que es el origen de toda inspiración.

El mito del gran genio en la innovación. El artículo relata las claves del proceso de mejora tecnológica, proceso de evolución creativa e incremental repleto de protagonistas anónimos. El gran genio, en la innovación, es un mito.

Carta de Einstein a su hijo con el secreto para aprender mejor. La carta que escribe Albert Einstein a Hans Albert, su hijo que en ese entonces tenía 11 años, entrega una de las claves para el aprendizaje efectivo.

La historia del pavo que defendió a su verdugo hasta el final. El artículo cuenta una historia original de Bertrand Russell y popularizada por Nassim Taleb. La historia busca ejemplificar nuestra imposibilidad de derivar conclusiones a partir de observaciones repetidas, o el problema de la inducción. Se relaciona con la falacia de ¿usted tiene pruebas? que trata de nuestra dificultad para distinguir entre la ausencia de evidencia y la evidencia de que algo no existe.

Apoyar lo nuevo, sin renunciar a lo antiguo. Thomas Mann, en un breve prólogo a Demian, de Hermann Hesse, se refiere a los finales que son también comienzo, y nos recomienda “apoyar lo nuevo, sin renunciar a lo antiguo. Porque lo antiguo encierra sabiduría, y lo nuevo renovación. “Los mejores servidores de lo nuevo”, nos recuerda Mann, “son sin duda quienes conocen y aman lo antiguo, y lo traspasan a la dimensión de lo nuevo”.

Sobre la banalidad del mal – y el pensamiento como antídoto

El Enigma Spinoza: sobre la banalidad del mal (y el pensamiento como antídoto). El pensamiento reflexivo y la banalidad -o falta de profundidad- son dos conceptos opuestos. Y la banalidad está íntimamente ligada al ejercicio del mal. Así lo retrata espléndidamente el psiquiatra Irving Yalom en su novela histórica El Enigma Spinoza. En ella, el conocido psiquiatra y novelista se adentra en la sicología de dos personajes históricos de gran relevancia:  Bento Spinoza, filósofo del siglo XVIII, y Alfred Rosenberg, uno de los principales ideólogos de la “solución final” nazi.

El perfil de los verdugos del siglo XX. En este artículo te presentamos cómo tres grandes, Aleksandr Solzienitzn, Hannah Arendt y  Svetlana Alexievich, describen y caracterizan a los verdugos del régimen soviético o del nazismo, según sea el caso. Verás que estos personajes, más que profundidad demoníaca, reflejan banalidad, superficialidad y una disminuida capacidad para reflexionar.

«Verdaderos creyentes» e idealistas: cómo la búsqueda del ideal puede conducir al mal. Muchos de los mayores crímenes, atrocidades y calamidades de la historia fueron perpetrados deliberadamente por personas idealistas que deseaban honesta y sinceramente hacer algo bueno. Este artículo se centra en la aparente paradoja de cómo buscar el bien puede conducir al mal. «El camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones», dice el refrán. Y es verdad, sobre todo cuando se camina de la mano de un grupo de idealistas fanáticos que no están abiertos a la reflexión crítica.

La violencia idealista y sus ajusticiadores. El caso de la hambruna en Ucrania. La carga psicológica de quienes llevan a cabo los actos de violencia idealista crece con el nivel de crueldad ejercida y con la indefensión de las víctimas. Es de sumo interés, para comprender el fenómeno, conocer la evidencia de lucha interior de los ajusticiadores. Sobre esto se conservan algunos ejemplos en torno a la hambruna de terror que se produjo en Ucrania en el siglo XX, en el periodo entre guerras.