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Sobre debatir (y pensar)

Si alguien puede refutarme y probar de modo concluyente que pienso o actúo incorrectamente, de buen grado cambiaré de proceder. Pues persigo la verdad, que no dañó nunca a nadie; en cambio, sí se daña el que persiste en su propio engaño e ignorancia.


Marco Aurelio, Meditaciones

Marco Aurelio, emperador romano y filósofo, se refería en el siglo II d.C, en sus Meditaciones, a que en el camino que nos lleva a la verdad tenemos que estar abiertos a examinar nuestras preconcepciones y a revisar nuestras creencias.

El debate no es sino una expresión del proceso a través del cual se confrontan ideas divergentes. Como parte de un esfuerzo colectivo, el debate es la clave para llegar a interpretar correctamente la realidad. Un buen debate incorpora como herramientas la razón y la ciencia y busca que ideas discordantes se confronten, esperando, por supuesto, que sobreviva la más robusta.

El debate y la confrontación de visiones no solo son beneficiosos para el mundo en tanto permiten ir avanzando en el conocimiento de la realidad objetiva, o en la creación de ideas sólidas. También son positivos en tanto entregan herramientas a las personas que son testigos de este debate. Al presenciar un debate, el espectador podrá examinar críticamente sus prejuicios y construir opiniones propias. En este proceso también perderá el miedo a la sana confrontación. Esto es especialmente importante en la universidad, donde se espera que los estudiantes egresen habiendo desarrollado el pensamiento crítico, la capacidad argumental y un riguroso apego a la verdad.  

Requisitos para pensar bien

[…]  las opiniones de los hombres no merecen el nombre de conocimientos si no se ha seguido de antemano un proceso mental -sea forzado por los demás, sea espontáneamente- equivalente a una controversia activa con los adversarios. Si existen, pues, personas que discuten las opiniones […] agradezcámoselo, escuchémoslos, y alegrémonos de que alguien haga por nosotros lo que de otra manera (por poco apego que tengamos a la certeza o a la vitalidad de nuestras convicciones) deberíamos hacer nosotros mismos con mucho más trabajo.


John Stuart Mill. Sobre La Libertad

En la cita anterior, John Stuart Mill nos explica que pensar y debatir no son sino dos caras de la misma moneda, la moneda de la búsqueda del conocimiento. Ambos procesos se construyen en base a la oposición de visiones alternativas, y se diferencian solamente en el número de personas que están detrás de su ejecución. En efecto, pensar es un acto individual y por lo tanto más solitario y difícil que debatir. En ambos casos, sin embargo, es fundamental que existan ideas alternativas que se confrontan, y se requiere de los pensantes (o debatientes) una serie de capacidades:

  • la capacidad de construir buenos argumentos
  • la habilidad de reconocer, comprender y valorar los argumentos alternativos (escuchar)
  • la capacidad de contrastar argumentos y reconocer cuando uno es superior a otro
  • la flexibilidad para ir adaptando, de ser necesario, la propia visión de mundo

Pensar de verdad es algo complejo y exigente. Algo que requiere al mismo tiempo ser un orador elocuente y escuchar de forma atenta y sensata. Algo que implica conflicto, así que tienes que saber tolerarlo. El conflicto, a su vez, implica negociación y compromiso, así que tienes que aprender a ceder, a modificar tus argumentos y a ajustar lo que piensas, incluso si se trata de tus percepciones del mundo. A veces se produce una derrota […] Así pues, pensar es emocionalmente doloroso, así como fisiológicamente exigente, más que cualquier otra cosa, con la excepción de no pensar.


Jordan Peterson, 12 reglas para vivir

El debate viene como un apoyo en un proceso que, cuando se hace solo, es tremendamente difícil. Debatir es pensar entre varios que son capaces de oponerse, pero a la vez de colaborar a través de la mutua escucha. Si no eres capaz de escuchar, o si no encuentras a ese oponente colaborativo dispuesto escucharte, entonces el progreso es mucho más lento y doloroso.

Elementos clave de un buen debate

Los elementos que son clave para el desarrollo de un buen debate son

  • la diversidad de visiones
  • la capacidad de escucha mutua.  

La importancia de estos elementos ya había sido reconocida desde hace siglos por los filósofos, así que en esta sección dejaremos hablar a estos sabios. En efecto, el emperador Marco Aurelio ya recomendaba en el siglo II d.C. que una de las reglas fundamentales para comprender el mundo es escuchar atentamente lo que los otros nos tienen que decir:

Acostúmbrate a no estar distraído a lo que dice otro, e incluso, en la medida de tus posibilidades, adéntrate en el alma del que habla.


Marco Aurelio, Meditaciones

 y John Stuart Mill, en su ensayo «Sobre la libertad«, enfatizaba cuan fundamentales son las visones contrapuestas para avanzar en la búsqueda del conocimiento.

[…] si no existieran adversarios para todas las verdades importantes, habría que inventarlos, y suministrarles los más agudos argumentos, que el más hábil abogado del diablo pudiese imaginar.


John Stuart Mill. Sobre la libertad

En la actualidad, debatir no está de moda

Debatir y cancelar son antónimos perfectos. La cancelación tiene mucho de lo que la lógica ha llamado por siglos el argumento ad-hominem, una falacia muy utilizadaq para bloquear el debate constructivo. Mientras más fuerza tenga la cultura de la cancelación, más frágiles serán los espacios para debatir de manera productiva, serena y respetuosa. Esto no solo ocurre porque quien expresa sus ideas arriesga el dolor emocional de la cancelación, sino porque en una cultura como la actual los estudiantes no están aprendiendo las destrezas necesarias para ser protagonistas de un debate sano y constructivo.

Al respecto se ha referido el psicólogo moral Jonathan Haidt en charlas, seminarios y en su libro titulado «La transformación de la mente moderna«. AlgoPoco también se ha referido a la cultura de la cancelación del diálogo en otros artículos del sitio.