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El sesgo de confirmación con ejemplos e implicaciones

Para tomar buenas decisiones necesitamos contar con información sobre las posibles consecuencias de éstas. Pero si tenemos algún prejuicio o alguna idea preconcebida respecto de cuál es la verdad, nuestra tendencia será a dar más espacio a la evidencia confirmatoria que a la que refute ese prejuicio. De eso se trata el sesgo de confirmación (o confirmation bias, en inglés):  tendemos a buscar activamente casos que confirmen nuestras creencias, y a pasar por alto la evidencia que las refute.

Por ejemplo, imagina que una persona cree que las personas zurdas son más creativas que las personas diestras. Siempre que esta persona se encuentra con una persona zurda y creativa, le da más importancia a esta «evidencia» que respalda lo que ya cree.

En el siguiente vídeo, Ram Talks nos enseña con bastante profundidad de qué se trata este sesgo cognitivo. Además, el vídeo conecta el sesgo de confirmación con dos ideas que hemos desarrollado en otros artículos:

  • La idea del falsacionismo de Popper (la refutación es más poderosa que la confirmación), que desarrollamos en nuestro artículo sobre la vía negativa
  • La idea de la patronicidad, o tendencia a sobre identificar patrones, rasgo evolutivo que nos induce a cometer la llamada falacia narrativa, también explicada por AlgoPoco en otro artículo.

Los sesgos de confirmación no solo afectan la forma en que recopilamos información (mira el vídeo entre los minutos 9:12 y 13:42), sino que también influyen en cómo la interpretamos (minutos 13:42 a 19:12) y la recordamos (minutos 19:12 a 24:24). Por ejemplo, las personas que apoyan o se oponen a un tema en particular no solo buscarán información que lo respalde, sino que también interpretarán la información disponible de una manera que resguarde sus ideas preexistentes. También recordarán los detalles de una manera que refuerce estas actitudes.

Peter C. Watson, en 1960, realizó un experimento en el que mostró cómo las personas tienden a no buscar la información que podría refutar sus creencias. Lo hizo entregando a algunos sujetos una secuencia de tres números – 2, 4, 6 – que se ajustaban a una regla que tenía en mente. La regla era simplemente «tres números ordenados de manera ascendente». Al escuchar la secuencia, cada participante hipotetizaba una regla que fuese coherente con ella. Luego, Watson los invitaba a crear nuevas secuencias de tres números, usando su regla hipotética, y les confirmaba si calzaban o no con la regla original. Tan pronto como los participantes estaban seguros de haber descubierto la regla que Watson había usado para generar la serie original, debían detenerse y anunciarla.

¿El resultado? Los participantes casi nunca encontraron la regla correcta, pero casi siempre estuvieron convencidos de que la había encontrado. 23 de los 29 participantes se convencieron de una regla que era errónea. ¿Cómo fue que ocurrió aquello? Los participantes hipotetizaban reglas equivocadas (por ejemplo, el número anterior multiplicado por dos) y luego buscaban pruebas que los confirmaran (por ejemplo, probando 3, 6, 12) en lugar de intentar refutar sus intuiciones.

El video de la derecha, muestra una réplica contemporánea de dicho experimento. Si no lo habías visto antes (también lo mostramos en el artículo sobre la vía negativa) ¡Te recomendamos que lo hagas!

Algunos ejemplos de sesgo de confirmación

El sesgo de confirmación es similar, pero diferente, de la falacia de la evidencia silenciosa (o el sesgo del superviviente), ya que en aquella la evidencia simplemente no está disponible. Con el sesgo de confirmación lo que hacemos es dar prioridad a algunos datos que están disponibles por sobre otros que también lo están. El ejemplo paradigmático es el del político en una discusión que busca hechos que confirman su punto de vista, pero ignora u oculta todo lo que pueda debilitarlo. En las campañas políticas, los candidatos hacen todo lo posible para señalar hechos que sugieren que son la persona adecuada para el puesto al que se postulan, pero hacen todo lo posible para ocultar aquellas partes de su registro que sugieren lo contrario.

Otro ejemplo de este sesgo cognitivo, desarrollado en un texto de psicología de James Goodwin, es el de la percepción extrasensorial. Las personas que creen en ésta, seguirán de cerca los casos en los que «estaban pensando en mamá y luego sonó el teléfono y era ella». Sin embargo, tenderán a ignorar las muchas más numerosas ocasiones en las que (a) estaban pensando en mamá y ella no llamó y (b) no estaban pensando en mamá y ella sí llamó. Estas personas tampoco reconocen que, si hablan con mamá cada dos semanas, la frecuencia con la que «pensarán en mamá» aumentará cerca del final del intervalo de dos semanas, aumentando así la frecuencia de un «acierto».

Implicaciones del sesgo de confirmación

Las implicaciones de este sesgo cognitivo son múltiples:

  • Personas de izquierda y derecha leyendo solamente los periódicos de su tendencia y punto de vista
  • Hipocondríacos recopilando datos que confirman la gravedad de su caso
  • Inversionistas leyendo solamente la información favorable sobre la calidad de la empresa en la que depositaron sus ahorros
  • Clientes desestimando la información negativa asociada a la calidad de un producto
  • Sectas registrando hallazgos que les permiten continuar con sus ritos
  • Científicos manipulando (a veces inconscientemente) los resultandos de su investigación
  • Filtros y algoritmos de Google y redes sociales que te muestran solo temas que se asocian a tu historial de lectura. De esa manera tu acceso a información divergente se ve limitado y se generan burbujas ideológicas que fomentan la polarización
  • Difusión de noticias y rumores falsos

¿Cómo evitar el sesgo de confirmación?

Es importante que reconozcamos que somos humanos, falibles y sujetos de este tipo de errores. No podremos eliminar la lectura segada de la información de manera completa ya que nuestra biología nos imprime una tendencia demasiado potente hacia éstos. Sin embargo, podemos hacer esfuerzo por limitar el poder que estas tendencias innatas tienen sobre nosotros. Las siguientes son recomendaciones que te ayudarán a avanzar en esa senda:

  • Busca formas de desafiar lo que crees que observas. Para ello, intenta recurrir a una variedad de fuentes y considera las situaciones desde múltiples perspectivas.
  • Discute tus pensamientos con otros. Rodéate de un grupo diverso de personas y no temas escuchar opiniones disidentes.
  • Busca activamente personas e información que desafíen tus opiniones, o pide a alguien cercano que cumpla el rol de «abogado del diablo» en las decisiones importantes.
Si te interesa conocer más sobre nuestros sesgos cognitivos, te recomendamos nuestros artículos sobre el sesgo del optimismo acríticoel sesgo del superviviente, el sesgo WYSIATI o lo que vemos es todo lo que hayel problema de Lucrecio (o cómo el pasado nos enceguece).