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Evitemos el sesgo binario: no simplifiquemos, ¡complejicemos!

Si bien en muchos aspectos de la vida y las finanzas personales hace bien simplificar, simplificar en exceso también puede ser un error. Esto ocurre especialmente en cuestiones relacionadas a nuestras reflexiones y opiniones, cuando estas se pueden reducir a dos flancos opuestos. En esas ocasiones, tenedemos a ver víctimas del sesgo binario, también denominado ceguera a las alternativas.

El sesgo binario o ceguera a las alternativas

Este sesgo consiste en la tendencia a procesar la realidad de forma dicotómica: si no es blanco, es negro, si no es bueno, es malo, si no es todo, es nada, si no pertenece a mi tribu, es mi oponente y está equivocado, etc. A partir de un espectro muy complejo de opiniones y actitudes, tendemos a simplificar demasiado, llegando muchas veces a dos categorías. Esta simplificación nos permite hacernos parte de una de las facciones en una discusión, identificándonos con una “tribu” de pertenencia. Esta tribu se opone tenazmente a un “adversario” que estaría claramente equivocado. Así se polarizan las discusiones y se generan las rupturas.

Si quieres equivocarte menos te recomendamos desactivar el sesgo binario. Al hacerlo, podrás enfrentar de mucho mejor manera – y más persuasiva- una discusión polarizada, tal como te contamos a continuación. También, como podrás ver a partir de los ejemplos que te dejamos al final de este artículo, desactivar la ceguera a las alternativas te ayudará a tomar decisiones más inteligentes.

Al complejizar desactivamos la polaridad

Cuando nos enfrentamos a una discusión sobresimplificada y sin matices, no basta con comprender las posiciones opuestas. La mera comprensión no solucionará nada. Adam Grant, autor, psicólogo organizacional y autor de Piénsalo otra vez, nos explica que la mera comprensión puede incluso exacerbar los conflictos al favorecer la polarización. Lo que de verdad es útil es complejizar la discusión, saliéndonos del esquema dual de “los unos versus los otros”.

En lugar de expandir nuestro singular punto de vista, esta batalla dualista solo sirve para endurecer nuestra posición. Ante eso, Grant nos propone una vía alternativa: complejizar. Las ventajas de este camino han sido estudiadas en el Difficult Conversations Lab (Laboratorio de Conversaciones Difíciles), logrando resultados notables en torno a muchos de los debates más duros sobre temas como el control de armas, el aborto o la rivalidad entre equipos de baseball.

Y es que, al complejizar, revisamos los matices de cada postura polar, y visualizamos los distintos ángulos de un problema o posición. Cuando somos finalmente testigos de esa complejidad, nos abrimos a una postura menos binaria y tribal, abrimos nuestra mente y adquirimos flexibilidad para pensar por nosotros mismos.  

Acercando posiciones: recurriendo a los ¿cómo? para complejizar posturas

Adam Grant nos explica en otra entrevista  que para acercar posiciones y lograr que un eventual oponente nos escuche y flexibilice su opinión, la clave está en el tipo de preguntas que ocupamos al dialogar. Para avanzar en la comprensión mutua de la complejidad de un asunto, es mucho más efectivo preguntar ¿cómo? que preguntar ¿por qué?

Adam Grant: Si estás con alguien que cree algo que piensas que no es consistente con la verdad, y le preguntas por qué cree lo que cree. Y tienen un montón de razones prefabricadas que les parecen convincentes.
Entrevistador (Rich Roll): Mm hmm. Si en cambio les preguntaras, bueno, ¿cómo surgió eso o cómo funciona?
Adam Grant: Es mucho más probable que vean las brechas en su propia comprensión y reconozcan la complejidad del problema.

Adam Grant en The Rich Roll Podcast. Traducción de AlgoPoco

A continuación, Grant nos cuenta cómo aplicó este esquema en una conversación con un amigo que creía en conspiraciones de vacunas. Se trataba de una persona que sostenía que las grandes farmacéuticas están confabuladas para engañarnos y convencernos de que las vacunas son mucho más seguras de lo que realmente son. Grant reacciona desde el comienzo del la conversación como alguien que reconoce la complejidad del asunto. De esa manera, evita arrinconarse en la tribu de los pro-vacunas:

Le dije, “mira, primero que nada, algunas conspiraciones son reales. Pongamos eso sobre la mesa y podemos hacer una lista de aquellas. En segundo lugar, sé que hay muchas vacunas que tienen efectos secundarios y riesgos documentados. Y podemos mirar incluso las pruebas publicadas, ¿verdad? En revistas con revisión por pares y digamos, mira, este es un tema complejo.

Adam Grant en The Rich Roll Podcast. Traducción de AlgoPoco

Sin embargo, a continuación, intenta que el otro también reconozca la complejidad del asunto:

Lo que quiero entender, sin embargo, es que, si esto es mucho peor de lo que crees, ¿por qué no hay un solo científico con titularidad que esté dispuesto a ir en contra del sistema, en un mundo donde el incentivo es tener razón, no solo seguir la línea del partido? Y también, ¿por qué no se puede encontrar un solo periodista creíble que quiera ganar un premio Pulitzer por exponer esta conspiración?” Y realmente no pudo responder a esas preguntas.

Adam Grant en The Rich Roll Podcast. Traducción de AlgoPoco

Su amigo quedó mudo, no pudo responder las preguntas. Pero Grant no se quedó allí y ocupó la estrategia de preguntar cómo. Solo así avanzaría en acercar posiciones y fomentar que su amigo también flexibilizara su postura.

… y luego fui un paso más allá y le dije, “OK, y sólo ayúdame a pensar en cómo una burocracia gubernamental gigante, y todas estas compañías farmacéuticas, no tendrían un solo denunciante interno. Y cuán incompetentes crees que son, me has dicho que son incompetentes. ¿Cómo habrían orquestado esto para, ya sabes, ocultar los hechos a todo el mundo que, ya sabes, está en ese mundo?”

Adam Grant en The Rich Roll Podcast. Traducción de AlgoPoco

Fue entonces cuando su amigo comenzó a responder con mayor flexibilidad. Según nos explica Grant, su amigo finalmente reconoció que es posible que las compañías no hayan podido orquestar algo tan sofisticado. Luego el amigo agrega que, posiblemente, los estudios sobre la seguridad de las vacunas cuyos resultados fueron negativos, pudieran tener más dificultades para ser publicados en revistas de prestigio. El amigo de Grant todavía sospecha sobre la seguridad de las vacunas, pero su argumento ahora es mucho más razonable, matizado y complejo. Los amigos han llegado a una zona común y conversan ya no desde polos opuestos sino desde un espacio de tonalidades mucho menos divergentes.

La ceguera a las alternativas impide tomar la decisión más inteligente

Rolf Dobelli en su libro El arte de actuar nos entrega varios ejemplos que ilustran cómo la ceguera a las alternativas limita seriamente nuestra capacidad para tomar buenas decisiones. A continuación te dejamos uno de ellos, que habla por sí solo:

Imaginemos que tu médico descubre un tumor que te matará en cinco años. Entonces te propone una operación complicada que, si sale bien, te quita el tumor por completo. No obstante, el procedimiento es muy arriesgado, y tiene un índice de supervivencia de apenas el 50 por ciento. ¿Cómo decides? Sopesas tus opciones: Una muerte cierta dentro de cinco años o el 50 por ciento de posibilidades de morir la semana que viene. ¡Ceguera a las alternativas! Quizás existe una variante de la cirugía invasiva que tu hospital no ofrece, pero un hospital del otro extremo de la ciudad sí. Esta cirugía invasiva quizá no extirpa el tumor del todo, solo limita su crecimiento, pero es mucho más segura y te procura diez años más de vida. Y quién sabe, a lo mejor en estos diez años se descubre una terapia más sofisticada para extirpar tumores. Balance final: si te cuesta tomar una decisión, recuerda que las opciones van más allá de «no cirugía» o «cirugía de alto riesgo». Deja de lado las dos posibilidades poco deseables por igual, y abre los ojos a otras, y mejores, alternativas.

Rolf Dobelli, El arte de actuar
¿Quieres seguir aprendiendo sobre los sesgos que limitan nuestra cognición? Te recomendamos nuestro artículo sobre El sesgo de supervivencia, o el sesgo del optimismo acrítico.
También puedes acceder al listado completo de los artículos desarrollados por AlgoPoco que tratan sobre sesgos cognitivos y falacias argumentativas.